La confianza es algo esencial, marca la diferencia entre tú y todo a tu alrededor: entre tú y esa persona, entre tú y tu trabajo, entre tú y cualquier cosa. La vida simplemente no funcionaría si todos no tuviéramos un poco de confianza. La necesitas para salir de tu casa cada mañana, para cruzar la calle, para todo. A veces no llega de la noche a la mañana pero si hay muchas formas de aumentarla. Construir tu confianza personal hará una gran diferencia en tu personalidad, madurez y la manera en la que piensas. Y, a menos que seas demasiado suertudo, la confianza no va a caer de cielo, sino que tu la creas. Y esto significa mucho mas que solo creer en ti mismo. Que sepas y sientas que luces bien, cambiara desde tu postura, tu manera de caminar, tu cara, hasta el impacto que simplemente una sonrisa puede causar.
Por eso, es más que importante que confíes en como vas vestido. Y en algunos casos, el hecho de que estés o no completamente satisfecho con tu estilo, no significa que no debes confiar en ti. Mientras tu sientas que luces bien, que tu ropa combina así y que estás cómodo, entonces todo está bien.
Para construir confianza en tu ropa siempre escoge el estilo perfecto para ti. Ten una idea concisa de lo que quieres usar, que impresión quieres dar y a donde quieres ir. Por lo contrario, solo tendrás falta de confianza en tu guardarropas -además de pérdida de tiempo y dinero-. Considera tus ideas cuidadosamente, busca outfits que te gusten y tomate el tiempo de pensar por qué te gusta ese look, y si es el adecuado para ti. Te servirá además como punto inicial a la hora de hacer las compras, puedes ver exactamente lo que quieres usar.
Y finalmente, NO intentes copiar a tus amigos. Primero, porque puede que ellos no estén vestidos mejor que tú. Segundo, porque no quieres lucir exactamente como la gente con la que socializas. Y tercero, necesitas tener un estilo propio, no como el de alguien más. Pide opiniones, pero tómalas como una pizca de sal.
Vístete de acuerdo a la situación porque aunque debes tener un estilo único, tampoco es la idea que salgas con una chaqueta de frío cuando el sol ya no puede quemar más -recuerda que la sociedad no perdona a nadie.- Si usas un color tienes que lucir como que en serio quieres usar ese color, no parecer nervioso, debes estar cómodo o va a parecer forzado. La confianza con el color aparecerá poco a poco con el tiempo y se hará más y más fácil a medida que tu guardarropa se extienda. También es importante que sepas que el color no tiene que ser un factor básico en tu armario, si estás empezando a cambiar tu guardarropa evita inyectar color en todas partes, comienza por extender los básicos: azul, navy, negro, mostaza, blanco y marrón. Esos colores deberían ser el 85% de tu guardarropa los demás deben ser como un condimento y no deben ser vistos como una necesidad.
Siempre recuerda que debes estar cómodo con lo que usas. Puedes comprar miles de prendas de ropa, de cualquier color o diseño, pero lo importante es que tu en realidad quieras usar eso. No compres cosas que son incomodas para ti de usar, hay cosas que son muy populares, pero no significa que son siempre las más apropiadas.
Tómate tu tiempo si estás cambiando tu guardarropas y ten en mente que todo lo que haces es por ti mismo: por tus propias razones, por nadie más. Tendrás resultados entonces. Nos guste o no, vivimos en una sociedad que está muy al pendiente de lo que ve. Recuerda que para construir la confianza debes preparar ideas claras y el proceso será mucho más fácil, te sentirás mejor con tu ropa, y te sentirás mejor con tu apariencia. Vale la pena el esfuerzo.
0 comentarios:
Publicar un comentario